Siempre esperando de ese empuje que nos lleve y desate.
Siempre queriendo que exista una soga y  nos salve.
Siempre desventajados.
Siempre acá sentados.
Repudio y callo.
Me caigo y no me levanto,
me levante y quiero volver.
No soporto esta gente.
No me gusta la versión de mi con esta gente.
Me quiero ir.
No quiero esperar mas.
Igual espero,
infeliz.

De las palabras que no me gustan.






¿Con qué me cubriré ahora? Si esta sábana que pongo sobre mi no funciona… ¿De qué me cubriré? Si los espejos no protegen, y los sentimientos duelen siempre, tarde o temprano. Siempre. ¿Con qué me cubriré? si esta tela frágil ya esta herida por vos.

Vos ahí sentado y cómodo, me ves desangrar pero no te acongojas. Vos con el puñal escondido detrás de tu espalda, sonríes sin disimular hasta que alguien te señala y ante el miedo de no ser moral disfrazas tu indiferencia con una sola palabra. Y es ahí cuando te preparas para el acto protocolar y por todos los medios me la queres susurrar.

Como si por el hecho de decirla se borraran las lágrimas y se evaporara la sangre. Como si por el hecho de pronunciar y yo escuchar, se lavaran las culpas.

Ahí estas de nuevo , vos igual que recién siéndote mejor persona por cumplir  , y yo con el historial completo de heridas emparchadas por los arrepentimientos.



No hay palabra más egoísta que el perdón.





No hay palabra más hipócrita que perdonar.