Qué pensará Dios de nosotros dos. Cuando nos vea perplejos de deseo e inundados de preguntas. Qué pensará después de saber que te mentí constantemente, que le mentí y no llore, que me embriague cada noche y castigue mis pupilas en su nombre.


Qué cosas podrá decir después de descubrir que la razón de mi existir es vengarme de vos.

De vos, hermano inmaculado, que juntos festejamos cuando nos engañábamos. De vos, que sin gloria nos reíamos de las desgracias y la codicia. De vos, que si por mí fuera, te ahogaría en el mismo infierno; pero lamentablemente vos y yo compartimos el mismo Dios.

De vos y de ellos también, cuando abandonamos la misericordia y vestíamos de la lujosa apariencia. De vos, de mí y de sus estúpidas caretas.

Con qué dedo nos va a señalar al saber que perdimos todo tipo de virginidad, sin repetir y sin soplar: Que no siento pena. Que no siento culpa. Que no le tengo respeto. Pero que sí me pregunto…

¿Qué pensara de nosotros dos?

Y lo juro por Dios…que no lo sé. No lo sé.

No hay comentarios: