La mierda se me pegó en los zapatos,amontonándose en sus rincones.
El olor se me impregnó: primero en los pies, ahora en el pecho,
 y rápido entrando por la nariz, nublando al cerebro.

La mierda no se despega, vengo caminando algunos meses,
fregándola en las calles,en algunos paisajes y en unas diez personas.
Esta allí  firme, disfrazada con un poco de tierra.

Aveces salgo corriendo pensando que así la puedo castigar, pero creo ,ya es tarde.
Vino para usurparme , ella se dejó pisar vistiéndose de fresco rebaño.
Durante el día, la trato de ignorar encerrándome en castillos de sahumerios,
 pero en la noche juega su gran papel de sorete y me recuerda sus mejores momentos en mí.
La mierda la pasa genial , me esta viviendo.

¿Y yo aún no me puedo cambiar los zapatos!














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